jueves, 28 de febrero de 2013

Problemática ambiental: relación sociedad naturaleza



La naturaleza de la Tierra ha sido "perfecta", equilibrada, con respecto a su madurez de millones de años; pero nosotros, la verdad, hemos irrumpido como un cáncer para ella -pues no hemos hecho lo que la naturaleza hace, ni siquiera la hemos consultado, ¿para qué?, sino de golpe, en mínimamente 6 mil años, hemos dado el "cabezazo", hemos cambiado casi todo su relieve o todo ha sido impactado en general-.




Con eso, el ser humano no es un equilibrado natural, sino un desequilibrado: el único ser que ha incidido realmente en un mínimo tiempo en toda una estructura equilibrada durante millones de años.
Ahora bien, tal hecho no quita que él, él, intente equilibrarse socialmente -en claro, en no destruir una convivencia social-, y ya tiene por delante ese reto para que ralentice o modere o evite sus habituales locuras: guerras de todo tipo, negarles el pan y las medicinas a sus semejantes, confundir valores intelectualmente, etc.

Recuérdese también, si no es mucho pedir en exigencia, que todo el que fue coherente, lamentablemente, no se libró de ser censurado, sí, de ser maltratado por su sociedad, algo muy demostrado o, mejor, evidente


Si en el pasado el aspecto prin­cipal para compren­der la organi­zación social se encontraba en las rela­ciones (o en las contra­diccio­nes) sociales, el surgi­miento de serios inconvenien­tes ocasionados por el accionar humano sobre el medio ambiente, ha hecho que contemporaneamen­te el interés en la relación socie­dad-naturaleza se incorpore también a esta interpretación. La alteración del clima, la desaparición de la biodiversidad, la acumulación de enormes cantidades de desperdicios industriales y domésticos, nos hablan no solo del ambiente característico del siglo XX, sino de la propia socie­dad que lo genera y de los supuestos racionales sobre los que se sustenta.


Dado que el hombre es sociedad y naturaleza, podemos afirmar que todas las porciones de naturaleza son incorporadas de alguna manera al sistema de pensar y actuar de los hombres organizados socialmente.  El hombre posee, tanto atributos biológicos como culturales. En él se manifiestan tanto la evolución biológica como la cultural. Entonces, si bien existe en el hombre una unidad entre naturaleza y cultura, es necesa­rio establecer que estos son órdenes diferentes. Por lo tanto, esta unidad está caracterizada por una doble condición, una articula­ción entre entidades cualitativamente diferenciadas.



Con rigor, el equilibrio social sólo es posible a través de la razón, por medio de conocimientos entendidos que se aplican como soluciones entendidas.
Quien no entiende las causas de la violencia, ¿cómo va a desarrollar una aplicación contra ella?; quien no entiende la paz como valor común, ¿cómo va a entender, en fin, considerarla como valor de solución?

Por ello, así es, el ser humano debe guiarse por unas reglas de coherencia, y esa reglas únicamente se las dará la razón.


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